La humildad del Papa Francisco

 En estos momentos, el Papa Francisco estará siendo entronizado en la silla de Pedro en Roma. Ayer dio muestra, una vez más de su bondad y humildad, de ser cercano, de ser un padre, de ser de una manera que quizá algunos añorábamos del Obispo de los Obispos. Ayer, al recibir a la presidenta de su país, no dudó en saltarse, de nuevo el protocolo y besar a la viuda de Kischner, pero sobre todo es extraordinario analizar su nombre, su escudo y el lema de su pontificado.


Y es que su humildad ha provocado que el Papa haya mantenido su escudo de arzobispo, el cual, es de una gran hondura doctrinal y simbólica. El escudo, coronado por la mitra y acolado con las llaves de San Pedro, lleva tres elementos. El primero el escudo de la Societas Iesus, es decir, de la Compañía de Jesús. El segundo una estrella de cinco de puntas que representa a María como estrella de la mañana y como Madre de la Iglesia. Y el tercero, aunque parecen uvas, es un nardo que representa a San José, Patriarca de la Iglesia y padre terrenal de Cristo. Por tanto, la Sagrada Familia, símbolo perfecto en defensa de la familia tradicional.  Todo ello sobre fondo azul brillante.


El lema de su emblema será el lema de su pontificado: la misericoridia y el perdón. El lema, "Miserando atque eligendo", que puede traducirse como "Lo miró con misericordia y lo eligió". Esta frase se toma del Evangelio, en el momento en que Jesús elige a Mateo como discípulo: "Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me", (Jesús vio al publicano, y lo vio con misericordia y eligiéndolo, le dijo Sígueme).


Y el nombre Francisco, en recuerdo del poverello de Asis, del santo de los pobres, del santo amante de los animales, de la humildad y de la vuelta al mensaje sencillo y de pobreza de Cristo. Qué mejor nombre para un Papa en momentos de crisis.

Desde La Plazuela deseamos a nuestro Padre Francisco un largo y provechoso pontificado.

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