De los belenes y otras cuitas realengas


Llega la Navidad, qué bella época del año. Las ciudades se engalanan, se alumbran, se embellecen, los escaparates se ponen bonitos para animar al consumo navideño....menos en Ciudad Real. Nuestra ciudad parece que vive en un bucle espacio-tiempo que es inamovible. Da igual que sea Navidad, Semana Santa, ferias...las farolas de la Plaza Mayor siguen con su única bombillita y la penumbra nos embarga si no la disipara los escaparates de ciertas calles. Ya os podéis imaginar de qué va este artículo de hoy. 

 La Plaza Mayor se ha pasado al lado oscuro

Empecemos por la iluminación. La definiré con un adjetivo en grado superlativo: PAUPÉRRIMA, vamos pobre a la máxima potencia. Pues eso. Que no hay luces navideñas decentes en toda la ciudad, salvo en el Prado y es que hay que vender bien la obra del citado lugar. Siendo fieles a la verdad, ha quedado bonito.

 El Prado
Contentémonos, no osbtante, queridos contribuyentes con la bombillita de la farola y con las bombillas de 60W en hilera en los árboles pelados de las calles. ¿Dónde quedaron aquellas luces de edificio a edificio, a modo de arco? ¿Dónde quedaron aquellas luces de las farolas en estos días de idas y venidas navideñas? En fin, es lo de siempre, cuatro luces que medio pagan los del comercio y poco más. El espectáculo es deprimente y muestra a las claras la situación de declive y depresiva que vive nuestra ciudad. Esta decoración es la muestra del abandono, de la dejadez y de la suciedad que vivimos en la capital. Muchos pueblos de la provincia tienen más iluminación y de mejor calidad que la capitaleja. Es lo de siempre y a lo que estamos acostumbrados diariamente. Pero lo están haciendo muy bien....y para muestra de lo que digo, un botón.


 La penumbra invade la Plaza del Pilar

 La psicodelia llegó a la Plaza de San Pedro

Dicho esto vamos al despropósito del Concurso de belenes que anualmente organiza nuestro Excmo. e Ilmo. Desde hace varios años ya no hay premios, por lo que ha dejado de ser un concurso, aunque continue llamándose así. De este modo las asociaciones, particulares y negocios que cada año participaban, han ido abandonando paulatinamente su participación, para este año contar sólo con dos asociaciones y un negocio (belén tradicional). Esto demuestra cómo está nuestra ciudad, porque como dice el dicho, entre dos la tenía y ella solita meaba y no lo hacía a gusto la condenada. Así que esto es lo que hay.... qué pena, qué pena, qué pena.


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