La Copa

No puedo dejar pasar la ocasión de poner en la Plazuela un artículo de opinión de La Razón, que me ha sublimado esta mañana tras su lectura. Evidentemete todo lo que sale de la pluma de don Alfonso Ussía y eso que es de Real Madrid, es magristral (todos tenemos pecadillos). El señor Ussía desde su verbo fácil y cuidado, con ese castellano de todos y para todos ha sabido reflejar lo que todos los españoles de bien sentimos. Leedlo porque es una autentica preciosidad.Gracias don Alfonso.

La Copa de España, el campeonato de España de Fútbol, fue la Copa del Rey Alfonso XIII cuando se instituyó, la del Presidente de la República en los años que pudo disputarse, la de S. E. El Generalísimo en el período que más veces la ganaron el «Barça» y el Athletic de Bilbao y del Rey desde que España recuperó la libertad con el reinado de Don Juan Carlos I. He visto muchas finales de Copa, que en tiempos de Franco se jugaban en el Bernabéu, y para los bilbaínos y los simpatizantes del Athletic de Bilbao, la cita copera de Madrid era una fiesta. Se hacían sus aficionados dueños y señores de la Villa y Corte y eran tratados con extremada simpatía por los madrileños. Lo mismo que los aficionados del Barcelona, del Sevilla, del Valencia, del Betis y del Zaragoza. Los vascos y los catalanes, como los castellanos y los andaluces y todos los demás, no vivían en un régimen de libertades, y España no era un Estado de Derecho. Pero aplaudían muchísimo a Franco y a Doña Carmen cuando aparecían en el palco de Honor del Santiago Bernabéu. España era una nación centralista, y las provincias y regiones estaban en manos de gobernadores civiles y militares. No obstante, cuando las aficiones del «Barça» y del Athletic de Bilbao hasta Madrid se llegaban, ovacionaban a Franco, y el equipo que vencía en la final era recibido por el Generalísimo en el Palacio del Pardo en audiencia privada. Existían los sentimientos nacionalistas ocultos, los bucles melancólicos cobardes, que no se manifestaban. Pero el Rey rompió con todo aquello, cedió sus poderes, se involucró en la transición y España bajo su reinado se convirtió en un Estado de Derecho descentralizado, en una democracia sólo empañada por los crímenes terroristas de la ETA, el Grapo y «Terra Lliure», y concedió a vascos y catalanes -y al resto, pero algo más tarde- un margen de autogobierno que nunca tuvieron en su historia. En señal de gratitud, los vascos y catalanes que no conocieron el franquismo, abuchean al Rey, queman la bandera de todos y silencian con sus graznidos el Himno de España. Lo hacen cuando van a disputar sus equipos más representativos, el Barcelona y el Athletic, la final de la Copa de España, de la Copa del Rey. Y me pregunto. ¿Si tanto les molesta por qué la juegan? ¿Por qué se alegran tanto si la ganan y lloran como mujerzuelas si la pierden? ¿Por qué no devuelven las muchas que conquistaron durante el franquismo y solicitan a la Real Federación Española de Fútbol que borren del palmarés de la Copa de España sus triunfos? Las aficiones se comportan, en ocasiones, como los dirigentes de sus equipos, y en este aspecto, tanto el Presidente del Barcelona -éxitos deportivos aparte-, como el del Athletic de Bilbao -también aparte sus fracasos-, son dos nacionalistas que incitan a la gamberrada aldeana. Creo que lo consecuente habría sido que ambos clubes hubiesen renunciado a disputar la Copa de España y del Rey, a pesar de que uno de ellos, sólo tenga futbolistas españoles, de las tres provincias vascas, de Navarra, de la Rioja y un entrenador de Sevilla. No compensa pasarlo tan mal por ganar o perder una Copa que desprecian. Me parece de tontos. O de masoquistas. O de paletos.
Extraído de La Razón digital, 15 de mayo de 2009, festividad de San Isidro labrador.

Comentarios

  1. Casi mejor que lo del Isidro ese. Desde luego este blog no tiene precio.
    "Dios" os cría y vosotros os juntais.

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