Aerumnae Domini
Penas del Señor, eso es lo que significa el título de esta entrada. Penas, porque aquella tarde abrileña del Domingo de la Divina Misericordia, todo lo que se soñaba durante el año, todo por lo que hemos trabajado, se iba acabando.
Y Él que todo lo sabe, estaba triste y las penas se le iban acumulando en el transitar de esta vieja ciudad de Reyes. No hubo otra estampa más bella, en mucho tiempo, que ver al Señor ante la Puerta de los Reyes de la Catedral.
En su Humanidad mostraba la Gloria de la Resurrección, traspasado por la luz primaveral...
Y Él que todo lo sabe, estaba triste y las penas se le iban acumulando en el transitar de esta vieja ciudad de Reyes. No hubo otra estampa más bella, en mucho tiempo, que ver al Señor ante la Puerta de los Reyes de la Catedral.
En su Humanidad mostraba la Gloria de la Resurrección, traspasado por la luz primaveral...
Fotografías de José Antonio Delgado Oviedo, Miguel Barba y Pedro González Mohino Hidalgo
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