Y Neptuno volvió a sonreir...
A/a. don Neptuno, dios de los mares, ríos y océanos
Paseo del Prado s/n
28080Madrid
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Estimados sr.
Le escribo esta carta para mostrarle mi agradecimiento y adhesión por su hospitalidad con mis congéneres atléticos. Al recibo de su anterior carta, mi señora e hija, bien, gracias.
Ayer la Copa de la UEFA se paseó por los Madriles escoltada por los héroes de Hamburgo y una legión espartana de seguidores e hinchas rojiblancos. Qué gustazo madre mía, que tres días más bonitos. Imagino que usted estaría contento y eufórico como todos nosotros. Y es que sr. dios, qué bien le queda a usted los colores rojiblancos. Corrígame si miento, pero ayer le vi más joven, más delgado, no sé más mejor, como decimos en esta bendita Mancha que también se ha sentido colchonera por unos días.
Por cierto, si ve al s. Cerezo por allí, dele mi más sincera felicitación por toda la jornada de ayer y en especial por el detalle de acudir a la Catedral, a ver a la Señora de Almudena, a la Reina de la Ciudad. Qué me gusto a mí eso de ver a mi Atleti en una ceremonia religiosa, hoy que tanto se nos critica el ser cristianos y ostentar sus símbolos. Por cierto, don Neptuno, ¿cómo van sus catequesis? espero que bien.
Me han comentado que su vecina, la sr. diosa doña Cibeles pasó ayer una mala tarde, que estuvo disgustada por los ruídos y celebraciones que se desarrollaron cerca de su casa. Llámela, que a usted le pilla más cerca y dele mis disculpas. ¡Ah! dígale tambíén que el jueves que viene, si le parece bien, se tome la jornada libre porque vamos a andar por allí de lío.
Nada más, sr. dios, quedamos entonces para la semana que viene, ¿verdad?.
P.D. Esperemos que el sr. Villar se lleve omeprazol o algo para la acidez de estómago.
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