Somos lo que somos, y además debemos sentirnos orgullosos
Hace varios días que estamos oyendo que el Club Balonmano Ciudad Real se marcha a Madrid ya que en nuestra provincia no hay empresas que puedan colaborar, a través de sponsors, con el mantenimiento del equipo. Hay muchas personas que se han sorprendido ante la noticia. Otros la teníamos perfectamente asumida y éramos conscientes que ese megaclub de balonmano no era más que otra empresea de un señor que generaba bastante capital con su labor empresarial, valga la redundancia. El balonmano era un gigante con pies de barro.
Y es que los que amamos nuestra ciudad somos conscientes de lo que somos. Por gracia o por desgracia, somos una pequeña capital de provincia con 78.000 habitantes censados, de los cuales casi la mitad no son nacidos en Ciudad Real. Esta población es mayoritariamente funcionaria, coon un nivela adquisitivo medio y además con poco apego a las tradiciones y actividades de la ciudad. Si a esa tradición de escasa demografía, le unimos la tradición de falta de tejido empresarial, tenemos el resultado: Ciudad Real.
Es imposible que Ciudad Real tuviera ese macro equipo. Ha sido un bello sueño de una noche de verano, que antes o después tendría que terminar. Y estamos a punto de despertar. Por eso somos lo que somos y no podemos pretender ser más de lo que hay. A pesar de ello debemos sentirnos orgullosos de ser ciudadrealeños, con balonmano o si balonmano. Debemos estar orgullosos de nuestro pueblo y nuestras gentes sin pretender convertirnos en una gran capital de provincia cuando nunca lo seremos. Debemos ser eso, una pequeña ciudad con un nivel de vida extraordinario, con una seguridad ciudadana fuera de lo normal y con una vecindad y cercanía que ya quisieran tener por otros lares.
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