De la crisis de las Cofradías (III): De los cofrades salvapatrias
Hace varios meses dejé olvidada esta sección esperando momentos más jugosos, y aprovechando el inicio de la carrera a la presidencia de la Asociación de Cofradías lo voy a retomar. Siguiendo el bestiario cofrade, hoy voy a hablar de otra subespecie que debería extinguirse. Me refiero a los cofrades salvapatrias. Ciudad Real está lleno de estos pseudointelectuales cofrades que durante muchos años han vagabundeado por diversas Hermandades con el fin de alcanzar "prestigio" e imponer sus cánones y sus pensamientos en instituciones establecidas ya con su propia idiosincracia.
Generalmente estos cofrades comparten con los jode jode y medalleros el "digno" título de haber sido apartados, por no decir expulsado, de otras Cofradías. Suelen aparecer por Hermandades que están en proceso de aletargamiento o crisis con el objeto de manejarlas a su propio antojo imponiendo el férreo cumplimiento de Estatutos para, según ellos, el engrandecimiento de la Corporación. Son, generalmente, dictadores a pequeña e irrisoria escala, que cuando ven que las cosas no son de su agrado o no comparten la dirección de otras Juntas de Gobierno, cogen las de Villadiego, dejando un legado poco positivo.
Los cofrades salvapatrias imponen, no actúan mediante el consenso ni el entendimiento. Por ejemplo: abren casas hermandades y en boletines y otros medios "obligan" a los hermanos a su asistencia. Cuando han tomado las de Villadiego ya no ponen el pie en aquella casa hermandad que obligaron a los demás a abrir.
Dependiedo de las cofradías y sus situación adoptan diferentes disfraces, unas veces de manso corderito, otras veces de intérpretes de instrumentos de cuerda y otras veces de no sabemos qué tipo de bicho de la naturaleza.
Comportamientos como estos son los que caracterizan a esta subespecie de cofrades.
Afirmo que las cofradías son de sus
cofrades, no de los salvapatrias. Una cofradía es un grupo de fieles que se
unen en torno a una fe y devoción a unos Titulares, no en torno a una
procesión ni a una afición. Al menos así debería de ser, si no, mal
vamos y acaberemos con las cofradías en muy poco tiempo.
Esto es lo lógico y lo
razonable, pero Ciudad Real, es la ciudad del absurdo y del surrealismo.
Puedo entender que las Cofradías tienen la necesidad de personas que trabajen y colaboren y que éstas estén abiertas a todo el mundo. Por este motivo, estos cofrades salvapatrias, sin ninguna vinculación especial con la Hermandad y sus Titulares, han tenido el espacio abierto, han encontrado un caldo de cultivo perfecto para sus aspiraciones.
Las cofradías no necesitan caudillos salvadores, ni
siniestros visionarios, ni interesados salvapatrias ni siquiera adoctrinadores integristas con chilaba
morada, blanca, roja o negra. Las Cofradías necesitan hermanos que se sientan parte de la Iglesia, que tengan devoción a la Imagen en cuestión y que quieran colaborar sin más pretensión que disfrutar de su Cofradía día a día y que cada año, cuando llega la Semana Santa, vistan su túnica sin importarle qué Hermano Mayor o Junta de Gobierno dirige la Hermandad. Esos son los cofrades que necesitamos y claro no siguen los parámetros de comportamiento, gracias a Dios, de estos salvapatrias.
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